Transformada la fase de grupos del Barça en una eliminatoria a doble partido con el Inter, la escuadra blaugrana viajó a Milán como partía Jesús Aguirre, Duque de Alba consorte, para vigilar los negocios de la familia. Tanto se metió en el papel de un Alba más, que un día le soltó a su biógrafo con displicencia que ese fin de semana no quedarían en el Palacio de Liria ya que tenía que partir con urgencia al Milanesado por asuntos de patrimonio.

También el Barcelona acude a las tierras de los Sforza a comprobar cómo marcha el negocio. Con los ánimos renovados por el liderato en LaLiga casi tres años después, el tandem Xavi-Laporta sabe que de lo que suceda en la batalla de San Siro de esta noche depende buena parte del patrimonio del Ducado Azulgrana. No hay futuro sin la Champions League para la nobleza del fútbol europeo, menos aún en este año de inversiones e hipotecas de la Casa Culé a largo plazo. Su grupo se ha convertido en el clásico juego de la silla, con dos taburetes y tres aspirantes, sabedores todos de que el Viktoria Plzen se dedica a dar tabaco. Todo apunta a que el Bayern Múnich se ha sentado ya en su trono. Queda pues una silla para dos aspirantes: Inter y Barça. Esta noche comienza a sonar la música del primer acto. Cuando finalice veremos quién se ha sentado y quién queda de pie.

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PASABA POR AQUÍ | JORDI PUNTÍ

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