Dinero y logística complican la seguridad en escuelas de Texas

2022-06-10 20:38:18 By : Ms. Phray phray

Dallas — Incluso cuando los líderes republicanos del estado hicieron hincapié en el “reforzamiento” de las escuelas y el aumento de las medidas de seguridad como respuesta al tiroteo más letal del estado en Uvalde, los educadores destacaron el aspecto comunitario de sus campus.

Son lugares de reunión donde las familias celebran los premios de sus estudiantes cada trimestre, ven a los niños abarrotar el auditorio en los conciertos del coro y llenan los pasillos para las noches de encuentro con el maestro.

Los votantes se amontonan en los gimnasios el día de las elecciones para depositar su voto, y las familias necesitadas pueden llevarse a casa comidas de los comedores escolares.

“Vivimos en una sociedad libre y abierta, y queremos valorarla y apreciarla”, dijo el superintendente de Ferris, James Hartman. “No creo que nadie en la educación pública quiera crear un ‘Fort Knox’ de escuelas. No es realista y no encaja en lo que queremos que sea la sociedad estadounidense”.

Una retórica similar centrada en la seguridad surgió después del mortal tiroteo en la preparatoria de Santa Fe en 2018, pero el estado sigue proporcionando poco dinero para tales mejoras. Los contribuyentes locales asumen la mayor parte de la carga financiera a través de bonos, que el estado ha hecho más difíciles de aprobar en los últimos años.

Pero los superintendentes escolares dicen que los costos y la logística —como los campus que continúan envejeciendo, la huella en expansión de los edificios y el gran número de estudiantes que fluyen en las instalaciones— hacen que el reforzamiento sea una solución difícil de implementar.

Los líderes republicanos del estado han pedido el 'reforzamiento' de los campus, pero hay poco dinero estatal disponible para que las escuelas hagan mejoras de seguridad y obstáculos logísticos que impedirían que las escuelas sean totalmente seguras. (Juan Figueroa/Dallas Morning News/TNS)

Las escuelas de Texas abarcan más de 8 mil campus y 672 millones de pies cuadrados, lo que supone una superficie mayor que la de cualquier otro estado que no sea California, según el Consejo Nacional de Instalaciones Escolares. Los diseños y la antigüedad de los edificios varían mucho, al igual que los protocolos de seguridad.

“Muchos de los campus de nuestras preparatorias en todo el estado se parecen a los campus de las escuelas comunitarias, con múltiples edificios y diferentes puntos de entrada”, dijo la superintendente de Terrell, Georgeanne Warnock.

Los líderes republicanos no abordaron estos desafíos cuando impulsaron las actualizaciones en materia de seguridad.

La semana pasada, el gobernador Greg Abbott ordenó a la agencia estatal de educación que desarrollara normas de construcción más seguras para los campus existentes construidos antes de 2021 y encargó a la Agencia de Educación de Texas que alentara a los administradores a aumentar el número de educadores armados en el campus.

El senador Ted Cruz sugirió en Fox News que las escuelas deberían tener “una sola puerta de entrada y salida de la escuela, y contar con oficiales de policía armados en esa puerta”.

El vicegobernador Dan Patrick también se sumó, diciendo a Tucker Carlson, “tenemos que reforzar estos objetivos para que nadie pueda entrar, nunca, excepto a través de una entrada”. Hizo comentarios similares hace cuatro años después de Santa Fe.

Las investigaciones muestran una mínima evidencia de que las medidas de reforzamiento de las escuelas sean efectivas para prevenir la violencia armada.

Las medidas de seguridad visibles son “un intento de aliviar los temores de los padres y de los estudiantes con respecto a la seguridad escolar y de hacer que la comunidad sea consciente de que las escuelas están haciendo algo”, escribieron James H. Price y Jagdish Khubchandani en un estudio de 2019 sobre las estrategias de prevención de la violencia armada en las escuelas. El estudio revisó 18 años de investigaciones relacionadas.

Los funcionarios no deben ceder a las presiones políticas para “‘hacer algo’ cuando ese ‘algo’ probablemente sea ineficaz y desperdicie los limitados recursos escolares”, escribieron los investigadores.

“La adopción de medidas ineficaces para reducir la violencia con armas de fuego en las escuelas puede inducir a los padres, al personal escolar y a los alumnos a pensar que ya no tienen que preocuparse por su seguridad en la escuela”, escribieron.

Todas las medidas de seguridad no detendrán a un niño o a un maestro bien intencionado.

Warnock ha visto que ocurre a menudo, a pesar de la capacitación: alguien abre una puerta para ayudar a entrar en el edificio a otra persona que tiene las manos ocupadas.

Si los campus cerraran todos los puntos de entrada, excepto uno, este comportamiento rutinario pudiera dejar fácilmente a una escuela vulnerable, dicen los expertos y los administradores.

“El error humano allí será aún mayor a las necesidades de las instalaciones”, dijo Warnock.

Aun así, reforzar las medidas a las entradas de las escuelas es un área en la que los republicanos de Texas están redoblando sus esfuerzos después de lo ocurrido en Uvalde.

Abbott envió una carta el miércoles pidiendo al director del Centro de Seguridad Escolar de Texas que verifique al azar la seguridad de las escuelas acercándose a las puertas.

“Su equipo debería comenzar a realizar auditorías de detección de intrusos en persona, sin previo aviso y al azar en los distritos escolares”, escribió Abbott a Kathy Martínez-Prather. “El personal debería acercarse a los campus para encontrar los puntos débiles y la rapidez con la que pueden penetrar en los edificios sin ser detenidos”.

También exigió que los distritos escolares se reunieran para revisar los protocolos de los campus este verano, así como para evaluar el estado de sus cerraduras y los procedimientos de registro de visitantes.

El enfoque de tener una sola puerta para los estudiantes también plantea preocupaciones sobre la seguridad contra los incendios.

Aunque muchas escuelas están diseñadas para guiar a los visitantes a una entrada principal, el Código Internacional de Incendios suele exigir más de una puerta de salida en función del número de personas en un edificio.

En cuanto a asegurar cada puerta con un guardia o un agente, tener seguridad armada no garantiza que no se produzca un tiroteo masivo.

Durante el tiroteo de 2018 en la Preparatoria Marjory Stoneman Douglas en Florida, un agente de recursos escolares armado nunca entró en el campus ni intentó enfrentarse al tirador durante el ataque.

Florida aprobó entonces una ley que exige la presencia de agentes en todas las escuelas, una maniobra costosa que, según los críticos, coincidió con un aumento de las detenciones de jóvenes y las expulsiones de estudiantes. Debido a la nueva legislación, las escuelas de Florida emplearon más agentes de policía que enfermeros, trabajadores sociales o psicólogos escolares, según la sección de Florida de la Unión Americana de Libertades Civiles.

Mientras tanto, las escuelas ya están luchando con los problemas de personal y pueden no ser capaces de encontrar suficientes agentes para cuidar cada entrada y salida.

El superintendente de Sunnyvale, Doug Williams, visitó recientemente una preparatoria de un distrito cercano en el que su personal tenía que pasar por tres puestos de control en un extenso campus para acceder a la biblioteca. El campus se ha beneficiado de las mejoras de dos bonos diferentes en la última década.

“Si una escuela se construyó hace 40 o 50 años, no cuenta con las mismas barreras”, dijo Williams.

La disposición física y la antigüedad de los campus hacen que abordar la seguridad sea un reto, dicen los administradores.

Tras el mortífero tiroteo en la escuela de Columbine en 1999, Williams trabajó como subdirector en un campus con una docena de edificios portátiles. Su trabajo incluía la supervisión de los protocolos de seguridad.

Cuando los estudiantes comenzaban a pasar de una clase a otra, alguien tenía que abrirlos para dejarles entrar en los edificios. Se convirtió en una gran preocupación de seguridad a medida que aumentaban los puntos de entrada y salida, dijo Williams.

“Si tienes edificios portátiles y luego los niños tienen que ir al pasillo principal, la logística de tener que mantener esas puertas abiertas o tener a alguien allí para dejarlos entrar en esas áreas, también crean riesgos de seguridad”, dijo Williams.

Tras el tiroteo de Sandy Hook, el entonces jefe de policía del Distrito Escolar Independiente de Dallas, Craig Miller, presionó con éxito a su distrito para que instalara mirillas en las puertas de 1,200 edificios portátiles, como parte de una mejora de la seguridad de 4.5 millones de dólares. Los edificios portátiles, dijo Miller recientemente, suelen estar entre los lugares menos seguros del campus.

Mientras que las escuelas modernas suelen estar diseñadas pensando en la seguridad, los edificios antiguos y portátiles son mucho más difíciles de “reforzar”.

La edad promedio de las escuelas en el país era de 44 años en 2012, según el Centro Nacional de Estadísticas Educativas . Y en muchas áreas —incluyendo Dallas— son mucho más antiguas. En 2018-19, más de 99 de las escuelas del DISD tenían más de 60 años.

En Uvalde, sigue habiendo preguntas sobre cómo el tirador entró en el campus a través de una puerta sin cerrar. Las puertas que se dejan entreabiertas son una preocupación de procedimiento, subrayó Williams, pero los edificios más antiguos también podrían tener puertas con cerraduras que no funcionan perfectamente.

Algunos políticos, incluido el ex presidente Donald Trump, han sugerido que las escuelas instalen detectores de metales y que los estudiantes pasen por ellos antes de las clases cada día. Muchos se preguntaron por qué esa tecnología no se utilizó regularmente tras el tiroteo de octubre en una secundaria de Arlington que dejó varios heridos.

Haciendo comparaciones con la seguridad de los aeropuertos, Williams se preguntó cuánto tiempo llevaría este procedimiento de seguridad. Los pasajeros de los aviones deben llegar al menos una hora antes de que su avión despegue para pasar por el control de seguridad, que suele contar con varios agentes de seguridad en diversos puntos de control.

Si una escuela que atiende a cientos de estudiantes comienza a las 8:25 de la mañana y la mayoría llega 10 minutos antes, las clases no comenzarán a tiempo, dijo el superintendente.

“Te llevaría todo el primer periodo solo hacerlos pasar por seguridad... así que nunca consideramos eso como una opción viable”, dijo Williams. Señaló que muchas de las armas implicadas en los tiroteos escolares no han entrado en el campus por la entrada principal.

El tamaño de un campus y el número de estudiantes inscritos marcan una gran diferencia en cuanto a la dificultad de la seguridad, dijo Warnock.

Mientras que los campus de primaria y secundaria de Terrell se limitan a un solo punto de entrada, el asunto con la preparatoria es complicado. El reforzamiento de las medidas en la preparatoria –que tiene pasillos donde cientos de adolescentes pasan entre las clases— probablemente requeriría una reconstrucción, que pudiera costar alrededor de 200 millones de dólares, dijo Warnock.

Los campus con un solo punto de entrada “ya son una norma abrumadora en todo el estado”, escribió Monty Exter, cabildero principal de la Asociación de Educadores Profesionales de Texas, pero adaptar o posiblemente reconstruir las escuelas que no lo son sería “muy” caro.

Poner una cifra en dólares a esas reparaciones —que ciertamente sería de miles de millones— requeriría un estudio de cada sistema escolar en el estado, añadió Exter.

En la actualidad, la Agencia de Educación de Texas no pide a los distritos mucha información sobre las instalaciones, como el número de puertas exteriores o portátiles o si hay un vestíbulo de seguridad.

Las escuelas de Ferris—20 millas al sur del centro de Dallas— tendrían controles de acceso en cada puerta. El nuevo sistema integraría tarjetas de identificación codificadas con videovigilancia, lo que permitiría al personal de la oficina principal llamar a los maestros o al personal a cada puerta de los cinco campus del distrito.

Pero los votantes se opusieron a un paquete de bonos de 53 millones de dólares que incluía un millón de dólares dedicado a las mejoras de seguridad. Así que, por ahora, esa tecnología solo existe en la entrada principal de esas escuelas, mientras que las puertas de lugares como los patios de recreo y los estacionamientos siguen requiriendo llaves, lo que, según el superintendente Hartman, sigue siendo un riesgo.

“El verdadero objetivo de esto era crear seguridad adicional”, dijo, “porque cuando los humanos olvidan sus llaves, existe ese impulso de mantener las puertas abiertas en lugar de volver a buscarlas”.

Los distritos suelen tener que recurrir al dinero de los bonos para realizar cambios radicales en materia de seguridad, ya que el Estado proporciona una ayuda financiera mínima. El apoyo estatal viene a través de un programa de subvención única de 100 millones de dólares creado por la Legislatura de Texas en 2019.

Mientras tanto, una asignación de seguridad por estudiante recientemente creada canalizó 50 millones de dólares a los 1,200 distritos y escuelas chárter de Texas en el año 2021-22.

Del fondo de subvención posterior a Santa Fe, Terrell recibió alrededor de 76 mil dólares del estado para el “reforzamiento”, dijo Warnock, una cantidad que el superintendente describió como una “gota en un vaso”.

Ferris recibió 43,834 dólares en la financiación de la subvención única, y aproximadamente 25 mil dólares de la asignación anual de seguridad, que Hartman dijo “no es suficiente para nada”.

Para los esfuerzos de mayor escala —como los sistemas de seguridad o los vestíbulos—, los distritos como Ferris deben pagar por las mejoras físicas o la nueva construcción en gran parte pidiendo a los votantes que aprueben un bono, aumentando potencialmente las facturas de impuestos a la propiedad.

Y las mejoras en la seguridad de las escuelas no son un costo único; las necesidades de mantenimiento continuo significan que los distritos tienen que reemplazar los sistemas de cámaras y actualizar los sistemas de comunicación de forma regular.

Pero el nuevo lenguaje requerido por el Estado en las boletas hace que la petición de los distritos sea más difícil, ya que obliga a decir a los contribuyentes “ESTO ES UN AUMENTO DEL IMPUESTO SOBRE LA PROPIEDAD”, incluso cuando la aprobación de un bono no aumentaría la factura de impuestos de nadie.

Los activistas de la educación dicen que eso ha llevado a un aumento en las propuestas de bonos fallidas. Desde el comienzo de 2021, el 42 por ciento de 430 bonos escolares han fracasado en todo el estado, según datos de la Junta de Revisión de Bonos de Texas.

Ferris, que estaba pidiendo a los votantes un aumento de impuestos de 18 centavos en su esfuerzo de bonos más reciente, ha visto cinco propuestas de bonos ser rechazadas en los últimos dos años.

Hartman dijo que le gustaría ver a la legislatura dar un paso financiero; proporcionar el dinero para los agentes de recursos escolares en cada campus —algo que Ferris ya hace a través de su financiación existente— sería un buen paso, dijo.

“Tienen que poner los dólares donde ponen las prioridades”, dijo Hartman.

Aunque los superintendentes de Texas apoyan más dinero para hacer las escuelas más seguras, muchos han hecho hincapié en la necesidad de un enfoque centrado, bien redondeado en lugar de reactivo.

Warnock, por ejemplo, quiere más recursos para el personal de asesoramiento y trabajo social, el monitoreo de las redes sociales y la capacitación de los padres para identificar señales preocupantes.

Williams quiere una mirada integral para mejorar la seguridad escolar, haciendo hincapié en que nada puede quedar fuera de la mesa.

“Tienen que hablar de las propias armas”, dijo, señalando las preocupaciones sobre el rifle de asalto usado en la tragedia de Uvalde. “Entrarán en el argumento de la Segunda Enmienda y todo eso, pero hay una diferencia entre los derechos de la Segunda Enmienda y que un joven de 18 años pueda comprar un AR-15″.