María Pilar Val se despide de los clientes del Soconusco con trufas, palmeras y bombones

2022-10-15 05:21:13 By : Mr. Danny Huang

Este sábado por la tarde cierra el negocio del paseo de Independencia de Zaragoza que abrió sus puertas hace  más de 80 años. 

La emblemática bombonería Soconusco cierra la puerta del paseo de la Independencia de Zaragoza este sábado por la tarde después de más de 80 años de ofrecer a los aragoneses sus trufas heladas, palmeras de chocolate, bombones o trufas de Aragón. La dueña, María Pilar Val, se ha despedido de los clientes y sus amigos, tras jubilarse por haber cumplido en agosto los 65 años, y han llenado todos los días su dulce negocio durante las fiestas del Pilar.

“Hemos vivido un aluvión de personas. Han sido unos días muy intensos tanto laboral como emocionalmente. Muchísima gente ha venido para despedirse con mucho cariño. Esto te encoge un poco el corazón”, proclama María Pilar Val desde su mostrador en uno de los pocos momentos sin clientes en las últimas semanas de su negocio. “Quiero agradecerles a muchos clientes y amigos, porque gracias a ellos ha podido seguir muchos años esta tienda”.

Las últimas semanas de Soconusco abierto ha sido un no parar de clientes buscando sus exquisiteces. Hasta han tenido que colgar algunos anuncios en la puerta de que se habían acabado las trufas o las palmeras.

Aun así, María Pilar ha querido agradecer a personas tan singulares en su negocio como la colaboradora Rosa Mari, que estuvo trabajando con ellos desde los 14 hasta los 65 años, casi “un récord” inalcanzable si lo comparan ahora con “el mundo laboral”.

“No hemos podido hacer todas las trufas que hubiera querido porque es un proceso muy artesano y muy largo. Hemos estado desbordados quienes los hacen (en un obrador) y los que los vendemos. Se ha llevado trufas muchísima gente, pero otros han venido varias veces y no han podido”, reconoce la dueña de la bombonería, quien apunta “qué más hubiéramos querido hacer para todos, pero no hemos podido, como con los bombones y las frutas de Aragón”.

María Pilar no tiene un relevo generacional porque su hijo, Luis Lalanza, ha acudido muchas veces a ayudarla en el negocio (sobre todo en los últimos días), pero él se dedica profesionalmente a ser profesor de Inglés en el colegio de Agustinos. Su marido, que se llamaba como el hijo, falleció hace nueve años y su hermano, Alfonso Val, ha sido su apoyo en la pastelería.

Al preguntarle sobre el ejemplo que dejaba a la ciudad con un negocio que no va a ser traspasado, María Pilar Val señala que quien en realidad dejaron ese espejo fueron su abuelo y su padre, con su esfuerzo y su trabajo. “El camino que yo he seguido estaba preparado. Ahora me marcho y se acaba la historia”, señala.

Por eso quiere agradecer “a los que ya no están de mi familia”, al enumerar a su abuelo (Antonio Val, que aprendió en Barcelona después de trabajar en la pastelería La Española), sus padres y su marido, “y a los que están ahora conmigo (su hermano y su hijo) porque me han apoyado y han colaborado para hacer un cierre y un broche muy importante para Soconusco”.

Los clientes quieren llevarse un poco de cada producto para no olvidarse lo que fue este lugar marcado por haber resistido desde los años 40 y hasta tener mesas en el paseo de Independencia para los clientes, que tomaban café o chocolates. “Póngame una caja de trufas, unas cuantas lenguas de gato, unos bombones, un par de palmeras...”, reclama una cliente entrada en años, como si fuera a hacerles un homenaje en una comida familiar para acabar las fiestas del Pilar.

María Pilar Val no quiere irse haciendo ruido, sino más bien al revés, con humildad y por la cercanía con los clientes que lo han reconocido con sus compras multitudinarias. Ella decidió despedirse de Zaragoza tras cumplir los 65 años en agosto y al final de las fiestas, pero reconoce que han vivido “muchísimas emociones” y “encuentros cruzados” al querer marcharse por haber llegado a su hora.

Sus amigos tienen previsto acudir esta tarde a tomar una copa y un pastel a la bombonería para que esa despedida sea más familiar y entrañable. Ella quería hacer un adiós casi personal de los clientes, uno a uno, pero al correr la voz de la noticia el proceso ha sido multitudinario, desde que lo publicó HERALDO el pasado 16 de septiembre.    

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